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Parte 2: Repercusiones negativas de las sanciones contra los fertilizantes potásicos belarusos en la seguridad alimentaria mundial

27.09.2023 г.

Según las estadísticas aportadas por los organismos de las Naciones Unidas, el problema del hambre se está agravando a escala mundial.

En la actualidad es más necesario que nunca centrar los esfuerzos conjuntos en eliminar lo antes posible todos los factores que influyen en la propagación del hambre.

La contribución de Belarús a la seguridad alimentaria mundial ha sido siempre de gran importancia. Nuestro país ha exportado productos agrícolas y alimentos a más de 100 países de todo el mundo. Sin embargo, la política de sanciones ilegales impuesta por los países occidentales a Belarús está teniendo consecuencias extremadamente negativas para la seguridad alimentaria mundial. Belarús ha señalado en repetidas ocasiones, a diversos niveles y en todo tipo de foros, que tales medidas coercitivas unilaterales adoptadas por los países occidentales aumentan los riesgos alimentarios.

Asequibilidad de los fertilizantes

En un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura publicado el 3 de julio de 2023 se hace un llamamiento a realizar todos los esfuerzos posibles para mantener abiertos los mercados internacionales y el comercio de productos alimentarios y fertilizantes y se señala la necesidad de mantener en funcionamiento las cadenas de suministro y todos los sistemas de logística y comercialización. El documento concluye que, a pesar de la caída de los precios, la asequibilidad de los fertilizantes sigue suscitando gran preocupación, especialmente en los países de ingresos bajos como los de África subsahariana, y se refleja también en los costos de suministro y logística.

La misma conclusión se recoge en un artículo de 9 de marzo de 2023 del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias. En él se indica que los fertilizantes siguieron siendo inasequibles en muchos países africanos debido a la persistente y elevada inflación interna, por más que sus precios disminuyeran durante 2022 y a principios de 2023 en todo el mundo. Se afirma también que, al margen de las actuales presiones inflacionistas, los precios de los fertilizantes en África tienden a ser más altos que en el resto del mundo debido a las significativas deficiencias en infraestructura de transporte y en materia de regulación que siguen existiendo.

Durante la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, celebrada en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación del 24 al 26 de julio de 2023, tuvo lugar un debate en el que se corroboró esa misma conclusión. Los países africanos que intervinieron en el evento especial que llevaba por título “Fertilizantes: satisfacer las necesidades a corto plazo y trabajar hacia soluciones sostenibles” confirmaron que los precios de los fertilizantes en la región eran elevados y expresaron su convicción de que ello limitaba significativamente las posibilidades de acceso a los mismos de los agricultores. Además, afirmaron que en la región había millones de personas que padecían hambre. Los representantes de los países de la Unión Europea, que no cuestionaron la existencia de medidas coercitivas unilaterales en materia de alimentos y fertilizantes y sus efectos con respecto al hambre en el mundo, instaron a buscar otras vías para aumentar la producción mundial de alimentos, como las tecnologías innovadoras y la nutrición para el crecimiento.

En 2022, los precios de los fertilizantes potásicos en el mercado europeo se mantuvieron extremadamente elevados durante mucho tiempo, muy por encima de los niveles históricos de la región y con mucho retraso respecto de las tendencias a la baja que se iniciaron en otros mercados mundiales en torno a julio de 2022, todo lo cual impidió que los agricultores pudieran acceder a ellos.

Según los datos aportados por la agencia Argus, el precio de la potasa granulada alcanzó en Europa los 950 euros por tonelada en abril de 2022 y se mantuvo por encima de los 800 euros por tonelada durante prácticamente todo el resto de 2022. Si bien para junio de 2023 había disminuido a 440 euros por tonelada, el precio seguía siendo superior al de junio de 2021 (215 euros por tonelada). Por su parte, los precios de la potasa granulada en el Brasil, que alcanzaron un máximo de 1.023 dólares por tonelada en abril de 2022, comenzaron a descender activamente en julio de 2022 (975 dólares por tonelada) y se redujeron a 530 dólares por tonelada a finales de 2022.

Así pues, los precios de los fertilizantes potásicos en 2023 siguen siendo bastante más altos que en 2021, antes de que se introdujeran las medidas restrictivas impuestas a la potasa belarusa. A pesar de que los precios han disminuido ligeramente, la asequibilidad para los agricultores, especialmente en África, sigue siendo baja.

Parte correspondiente a Belarús en los mercados africanos de fertilizantes potásicos

En 2021 se exportaron 1,8 millones de toneladas de fertilizantes potásicos a países de África, de las cuales 683.000 toneladas procedían de Belarús, lo que representa el 38 % del total de exportaciones materiales. Conviene señalar que la sociedad por acciones Compañía Belarusa de Potasa era la única empresa que suministraba potasa a varios países africanos (Chad, Gabón, Madagascar, Sierra Leona y Zambia) y que en otros países del continente (Camerún, República Unida de Tanzania y Zimbabwe) su cuota de mercado superaba el 90 %.

El análisis de los datos de las estadísticas aduaneras de los países de África muestra que desde 2021 el volumen de las importaciones de potasa ha disminuido considerablemente. Por ejemplo, en los primeros cinco meses de 2022 y 2023, Marruecos importó, respectivamente, 55.400 y 52.300 toneladas de potasa, frente a las 206.600 toneladas durante el mismo período en 2021. Con toda probabilidad, una disminución tan notable del volumen de importaciones de este producto básico se debió a que la Compañía Belarusa de Potasa había quedado excluida del grupo de proveedores.

De los 1,8 millones de toneladas de fertilizantes potásicos que se suministraron a los países de África en 2021, únicamente 218.000 toneladas procedían de la Unión Europea (Alemania, España y el Reino Unido) e Israel, es decir, menos del 12 %. El resto procedía de Belarús (el 38 %), Jordania (el 20 %), la Federación de Rusia (el 20 %), Chile (el 6 %) y el Canadá (el 5 %).

Importancia de la potasa para la agricultura

El suministro y la asequibilidad de los fertilizantes condicionan el rendimiento de los cultivos.

Como se afirma en un informe del Banco Mundial, los cultivos dependen directamente de los fertilizantes.

La potasa tiene una incidencia directa en el grado de productividad de los cultivos (es decir, el rendimiento de las cosechas). Si la potasa es insuficiente, se reduce el crecimiento de las plantas y disminuye el rendimiento. Ahora bien, como se señala en un artículo del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias publicado el 9 de marzo de 2023, los posibles efectos de la disminución de la utilización de potasa sobre el rendimiento de los cultivos y la salud del suelo pueden tardar varios años en manifestarse.

La potasa es un nutriente que aumenta la resistencia de las plantas a distintos factores negativos, entre ellos los climáticos, como sequías, altas temperaturas o heladas, así como al exceso de riego, las plagas y enfermedades y la salinidad del suelo.

Como se indica en el documento de la Unión Europea, la potasa es uno de los tres macronutrientes esenciales que las plantas necesitan para su crecimiento, y actualmente no hay productos que puedan reemplazarlo de manera rentable6.

El único medio de conseguir que los cultivos rindan al máximo consiste en aplicar de forma equilibrada abonos nitrogenados, fosfóricos y potásicos en dosis calculadas científicamente. Si se excluye cualquiera de estos tres elementos básicos de la composición del fertilizante, el rendimiento de los cultivos disminuirá, con los consiguientes efectos negativos en la producción y la seguridad alimentaria.

La actual escasez de fertilizantes potásicos en los mercados mundiales está haciendo disminuir el rendimiento de las cosechas, lo que podría provocar un aumento de los precios de los alimentos.

En sus documentos de sanciones, la Unión Europea manifiesta que pretende evitar que estas afecten a la seguridad alimentaria. Con ese fin se han fijado cuotas de suministro de potasa rusa a la Unión Europea y se ha explicado oficialmente que no debe impedirse de ningún modo su suministro a terceros países, incluso mediante el tránsito por la Unión Europea.

Sin embargo, las sanciones de la Unión Europea contra la potasa belarusa, introducidas en 2021, no contemplan excepciones, lo cual repercute de forma directa en el comercio mundial de fertilizantes potásicos.

Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, reconoció que las sanciones contra Belarús adoptadas antes de la guerra en relación con las exportaciones de fertilizantes potásicos podrían afectar a la distribución de este producto en el mundo y que comprendía que algunos líderes africanos expresaran preocupación por las consecuencias de las sanciones impuestas por la Unión Europea8.

Oportunidades de crecimiento para el mercado mundial de fertilizantes potásicos

Según las estadísticas de la International Fertilizer Association, la fabricación mundial de fertilizantes potásicos en 2022 fue de 60,7 millones de toneladas, es decir, 12,4 millones de toneladas (el 17 %) menos que en 2021. En sus previsiones de junio de 2023, la International Fertilizer Association estima que la producción mundial de potasa entre 2023 y 2027 crecerá un 16,9 % con respecto a los niveles de 2022. Al mismo tiempo, se espera que la capacidad de producción de potasa aumente un 11,2 %.

Las sinopsis de materias primas minerales del Servicio Geológico de los Estados Unidos indican que la mayor parte del crecimiento se deberá a nuevas minas y proyectos en Belarús, el Canadá y la Federación de Rusia. Se abrirán nuevas minas en Australia y Eritrea. Una mina de polihalita (materia prima utilizada en la fabricación de fertilizantes) en el Reino Unido también contribuirá al aumento de la producción. Las nuevas minas previstas en el Brasil, el Canadá, España, los Estados Unidos, Etiopía y Marruecos no entrarán en funcionamiento hasta 2025.

Todos los hechos mencionados indican que resultará imposible que en 2023 o 2024 se recupere la cantidad de potasa belarusa actualmente excluida del mercado como consecuencia de las medidas restrictivas.

Belarús hace un llamamiento para que se dejen de utilizar medidas coercitivas unilaterales contra la potasa belarusa, que tienen consecuencias negativas para la seguridad alimentaria mundial, contravienen las obligaciones internacionales, en particular las contraídas en el marco de la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y son contrarias a las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas y a las resoluciones pertinentes de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

 

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